Este mes se cumplen 20 años de la reapertura del principal escenario de la hípica nacional, una fecha clave para el renacer del turf uruguayo.
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El 29 de junio del 2003 no fue un día más para el barrio de Maroñas ni mucho menos para el mundo de la hípica uruguaya. Ese día, y luego de cinco años cerrado, el Hipódromo Nacional de Maroñas reabrió sus puertas para volver a convertirse en el epicentro del turf nacional.
Con una inversión superior a los US$50 millones de dólares, la empresa española Codere -concesionaria del Hipódromo- logró reabrir este edificio monumento histórico nacional, poniendo así en marcha el gran motor de la hípica nacional, que en estos 20 años recibió más de 20.800 carreras y vio competir a más de 17.800 caballos distintos, siendo testigo de las proezas de Invasor, el triple coronado, o de Sir Fever, primer triple coronado nacido en el país, entre tantos equinos con destaque.
La reapertura del Hipódromo Nacional de Maroñas implicó el renacer de un sector que hoy involucra a cerca de 45.000 uruguayos. “A diferencia de otros hipódromos en el mundo, nosotros tenemos actividad todo el año. Somos un escenario de referencia en la región y nos preocupamos por cuidar y potenciar nuestro turf tanto a nivel local como internacional, contando con las principales certificaciones de calidad y cuidado animal”, explicó Horacio Ramos, gerente de la Unidad Hípica de Codere en Uruguay.
Además, para conmemorar estos 20 años, el Hipódromo está organizando distintas actividades para el mundo hípico y población en general. Entre ellas, se encuentra la presentación de un sello conmemorativo junto con el Correo uruguayo, que tuvo lugar el pasado domingo 25 de junio.