La primera generación culminó a la espera de su graduación en el GP Ramírez

La Escuela de Jockeys y Vareadores culmina los cursos de su primera generación

El pasado jueves 27 de noviembre cerró sus actividades 2014 la Escuela de Jockeys y Vareadores del Hipódromo Las Piedras. Con una actividad de confraternización que incluyó la visita del múltiple ganador de estadísticas en Argentina Pablo Falero, del destacado Julio C. Méndez y del maestro Arturo Piñeyro. Falero brindó una charla en los salones de clase recorriendo distintos temas del quehacer profesional de un Jockey desde el entrenamiento previo, la dedicación cotidiana hasta el triunfo y el reconocimiento de los pares. El almuerzo posterior dio paso a una charla distendida en la que los alumnos pudieron conversar con cercanía con el destacado profesional.Los 20 alumnos que conformaron el grupo completaron así un año de formación que incluyó: vareo en los hipódromos y trabajos en el stud en la mañana, a cargo del tutor hípico y bajo la supervisión de Miguel Heredia y formación teórica en las tardes acompañados de un plantel docente. Entre los egresados 8 de ellos provienen del interior del País y 6 residieron en el internado ubicado en las instalaciones del Hipódromo. Se destaca, además, una chica que aspira a convertirse la primera jocketa de esta nueva generación.La Escuela de Jockeys y Vareadores del Hipódromo Las Piedras fue inaugurada el pasado 5 de Mayo y forma parte de las iniciativas desarrolladas con el objetivo de una mayor profesionalización de los distintos roles que conforman la actividad.Actualmente el plantel docente y el coordinador hípico Miguel Heredia están cerrando las evaluaciones de los alumnos, lo que permitirá dar el alta a una nueva generación de Jockeys aprendices. Así,  cada uno de ellos se incorporará a la actividad de los Hipódromos de Maroñas, Las Piedras y el SINT, en el transcurso del año 2015, cumpliendo todas las exigencias y requisitos necesarios. La Hípica Nacional ha registrado un relevante desarrollo desde la reapertura del Hipódromo Nacional de Maroñas en junio de 2003. Ello ha derivado en un incremento de las actividades, profesiones y oficios relacionados. La situación ha impactado en un aumento de la demanda de mano de obra, que ha estado acompañada por la progresiva formalización del sector y las condiciones de trabajo, así como también en una necesidad de expandir los niveles de profesionalización de los actores involucrados. La Escuela de Jockeys y Vareadores se inscribe en este proceso.